Todavía me pregunto si recuerdas aquellos momentos en los que me recitabas fragmentos de los libros que solías leer y releer con esa sonrisa sorda que lograba transportarme hasta tu infancia. "Yo sé, mi amor, que estás triste. Te acaricio el pelo en silencio pero no sé qué más hacer. [...]" Ahora me aturdo y no encuentro las palabras que expresan que te echo de menos. Estos pensamientos vienen para callarse en mi boca; y me pregunto cómo pudimos cambiarlo todo para ahora no saber controlar nada. Ni siquiera este gesto sincero delante del espejo, ya tan lejos de casa.
Empaqueto mis cosas, las que ahora son la contrapartida de mi vida.
"Encontré un beso detrás de aquella fotografía que un día no quise encontrar y me puse a llorar."
A veces pienso que todo ese tiempo fue historia y que se localiza envuelto en el mismo cajón que las Cruzadas de los Reyes, volviéndote así mi "Corazón de León" un día de octubre y dejando atrás una larga aventura que no sé cómo rememorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario