martes, 8 de febrero de 2011

Bajé las escaleras, sí, de dos en dos,
perdí al bajar el norte y la respiración;
¿Y por las noches que harás?
- Las paso descosiendo, aquí hay un arco por tensar.
Que yo me acuerdo entodavía cuando te besaba.
¡La cago, vuelvo a tiritar!
¡Si tú no te juraras siempre que yo te faltaba!
A veces todo es tan normal...

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Si te despistas, las escaleras están a la izquierda justito donde descorché tiempo atrás mis palabras y me dejé llevar mientras la armónica lloraba. No te preguntes el por qué de tus actuales despreocupaciones. Si te place deja de preguntarte un rato y vente conmigo esta noche donde no nos pueda encontrar nada más que el sinsentido y las ganas de pasar una noche en vela más. Sembraremos un pequeño bosque de pacíficas inten(ta)ciones mientras que las estrellas encienden las largas para que apartemos los sueños de aquí. Y si luego te apetece, quizás te querré un poco más y nos podremos olvidar de disimular cuando espía la razón desde su sillón. Cierra los ojos y deja que actúen los silencios que están latentes en cada sonido, arroja una moneda al pozo por aquellos que ya no te pueden escuchar y después extiende tu palma para que pueda asirla con más fuerza si cabe y llevarte conmigo, paralelamente al suelo.

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