Íbamos en busca de algo de aventura pisando las baldosas del metro de Nuevos Ministerios, baldosas frías pero ambiente cálido a pesar del invierno. Nos contábamos batallas, desconociamos todavía nuestros sueños, pero aun así presentí que todo podía ocurrir contigo, que las calles que recorrimos al azar no fueron por casualidad. Quiero pensar que el templo de los indios fue un engaño, que las veces que me llevaste con inercia no lo sentías, que fue una estafa de tu corazón ya dañado. Aquellas noches con paraguas que calaban frente a la ciudad iluminada no te llegaron a enamorar? Aquellos paseos en busca de un café para llevar... No lo se, ya no distingo tu mentira de tu verdad.
Y sigue nítido el recuerdo de los tantos mensajes que dibujaron sonrisas, de la noche en el río acariciando mis rodillas y protegiendome un poco del aire gélido. Y de las noches que descubría tu vida y me mostrabas tu mejor sonrisa.
Procuro olvidar las tarde de cine y las mañanas entre bicicletas y fotografía; o entre miradas y sonrisas, batallas de guiñarse el ojo para después saber que a las horas nos volveríamos a ver... Y se que tuve que olvidar aquel tiempo frente a la verja, paseando, contando, mirando el salvaje recinto que tu veías tan común y yo tan lejano.
Procuro olvidarlo todo. Olvidar ''Up''; olvidar los pequeños paseos por el río, los regalos sin importancia, las largas conversaciones similares a canciones que siempre quisieron irse con el inicio de las estaciones. Des-memorizar ''Je te dis mon ami que la vida es asi...''
Y por desgracia, todo lo que me diste me lo arrebaste; y lo peor: es que al fin y al cabo son todo recuerdos...
Pero ya no se si llorar o darme otra oportunidad.
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