martes, 18 de enero de 2011
Pondré bajo llave al miedo.
[...]
Pero ella querrá algo más y yo nunca supe dar promesas;
Que no hay un corazón que sepa andar cuando le golpea la exigencia.
Pero ella querrá algo más, algo que durara para siempre
Y no sé si podré dar algo más que un amor eterno de tres meses.
[...]
Se destilan los recuerdos cuando los cascabeles cantan. Las notas jamás sonaron con tanta claridad en el embarcadero abandonado, esperando una tregua del tiempo para poder soñar y esperar con tranquilidad. Pero el fuego del mirar la hará temblar y derrochar sus esfuerzos por un poco de miedo colateral. Supo que su tiritar no tiene cura mas que los abrazos del cariño otorgado, el que no espera nada a cambio. Y sus brazos encajan tan bien en su silueta que no sabe cómo huir, ni siquiera sabe si quiere hacerlo. Convulsiona de alegría y de terror de volver a perderlo todo o de sentir demasiado.
Ojalá que las estrellas ardan esta noche cuando explote tu risa.
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