Llegaré hasta donde haga falta.
La distancia no tiene importancia,
se acaba donde empiezan tus pies.
Viajaré en barco, en elefante, en tren.
La distancia no tiene importancia
se acaba donde estés.
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Me uno a los cobardes, que prefieren las sombras de la indecisión antes que las muestras que regalan sus valiosos corazones. Prefiero a los inconformistas, que siempre me piden un poco más y yo no dejo de dar para deshacerme en abrazos tontos. Elijo a los viajeros que regresan para cenar entre velas y champagne con burbujas destiladas de misterios y lugares donde mis pies no se podrán perder. Me siento con los olvidados, porque ellos siempre agradecen ser recordados. Comparto secretos con los mentirosos para que me encuentren verdades destrozadas entre la soledad de sus promesas incumplidas. Me junto con los crueles para descifrar su sólida mirada destruída por la vida.
Pero por encima de todo espero quedarme quietecita para que seas capaz de acercarte y retar a esos deliciosos metros que nos separan y nos retan para ser invadidos.
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