jueves, 4 de noviembre de 2010

Despacitamente.

Cualquier momento es perfecto para emocionarse un poco y despegar del suelo. Sentir el aire corretear (qué verbo tan simpático) entre las imperfecciones del cuerpo. Y pensar qué sería de mí sin ti. Qué sería de mis nervios sin encontrarme de cerca con tus ojos. Son suposiciones, pero no necesito que me quieras con todas tus ganas para poder saber que contigo podré ser feliz. Sólo que me demuestres lo necesario cada vez (o ni eso), que seas inconstante, como yo y como el mundo irregular. Que nuestras escapadas seas tan irrepetibles que se nos queden grabadas para siempre y que esto me haga escoger lo adecuado, pero no lo correcto. Porque no demuestro rutina en mis actos, ni lo prentendo. Por eso hoy huyo, porque no quiero que me saborees mucho. Quédate tú con tus dudas muy adentro, no las necesito. Será lo único que no necesito ahora. Tus miedos a no querer.


_________________________________________________

Necesito una escapada a lo más profundo de mis emociones y esperar a que venga la lluvia y me haga reaccionar después. La realidad es algo tan pesado que la dejé al borde de la cama para encontrarme con ella antes de introducirme otra vez en mis sueños.
Siempre olvidé lo más importante: quererte/me.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores