-Déjame que te cierre esta noche los ojos
y mañana vendré con un cigarro a la cama...
-Mira, mejor que ya no vengas. Ya no quiero, esta es la línea que ya no debes sobrepasar por haber elegido otros caminos no compartidos. Solapé mis pensamientos internos con los racionales y este es el resulado: Una maraña incomprensible que se abre paso entre las adversidades de la vida. Por mí no te preocupes, ya tomaste rumbo, no debes regresar a tierra, viejo marinero. Se amplían tus horizontes ahora mismo, que no sea una sirena efímera la que te unda el bote y te impida conocer otros mundos. Adios, amado pirata, que se te de bien la gloriosa empresa.
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