martes, 30 de noviembre de 2010

-Qué tonto fue el día en el que permití dejarte pasar. Ahora lo ves todo con otros ojos...- Se declara mientras mira por el ventanal con un cigarro en la mano bajo la atenta mirada de él.- Piensa lo que quieras, mis sueños estaban contigo y tú ya no pudiste estar. Nuestras aventuras acabaron cuando decidí subir a aquel barco para huír de la guerra y no de tu amor, como siempre has querido creer; para que todo doliera menos o simplemente para no encontrar motivos para esperarme. Y durante estos veinticinco años sólo pensé volverte a ver, millones de veces me vi con mi equipaje en la mano para ir a tu encuentro pero en el último momento supe que no volverías a estar. No para mí.
Le da una profunda calada al cigarro que se transforma en silencio que pesa en la habitación, y como una fuente suelta el humo hacia el polvo del tiempo. Se gira y deja de darle la espalda.
-Nos olvidamos tanto de nosotros... Yo no soy esta. Admito que fui una joven alocada cuando te conocí y que ahora no queda nada...- Le mira atenta, esperando una respuesta que no encuentra. Por lo que vuelve a ahogarse entre la incertidumbre y caladas sobrias.- ... No te busqué, por lo tanto soy tan culpable como tú de que acabara o de que no llegara a empezar. Y ahora... ahora ya es demasiado tarde.

Acaba su monólogo. Constata que su expresión sigue siendo la misma que al principio de sus palabras. No hay nada que hacer, el tiempo le cambió. Esperar a que vuelva aquel joven que la hizo renunciar a tantas cosas sería una temeridad. Se seca las lágrimas. Recordar aquellos tiempos en los que los dieciséis rondaban su vida la hacen estremecer de añoranza. Y ahora que puede volver a rozar su piel él se encuentra todavía más lejos que después de aquella despedida tan desagradable.

-Dejar que el tiempo pasase no fue la mejor elección, ¿a que no?
-Supongo que no, ¿pero qué más podíamos hacer? La distancia era tan grande...
-La distancia podría haber sido lo larga que hubiesemos querido que fuese. Es algo de lo que me fui dando cuenta con los pasos de los años.

La luz de la tarde se filtra por el majestuoso ventanal. Su desaliñada camisa y su alborotado pelo le harían suspirar en otros momentos. Algunos rasgos de su adolescencia no le han abandonado, ella da cuenta de ello al observarle atenta.
Él la mira y comprende lo que pasa por su cabeza, la sonríe inclinado para después desviar la cara hacia la luz. Supone que dentro de él siempre estuvo la posibilidad de dar pie a ello, de buscarla, como en las historias de caballeros donde el coraje prevalece ante el destino.

Y se cierra el telón y nadie es capaz de aplaudir.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Vida:

Gira en torno a demostrar cosas, sino de-muestras no llegarás a ser nada. Estancarse no es la clave para avanzar, al igual que dormir no es la clave única para soñar.
Revelar tus aptitudes para acabar en la cima de todo. Y en eso se basa el tiempo que tenemos, en revelar lo que somos capaces de hacer, ser o conseguir. Extendiendo la mano para evitar que nos den un portazo en las narices y decir firmemente nuestro nombre para ser escuchados. Para que nos tengan en cuenta, porque vivir no es cosa de uno solo.

Por eso no hay que detenerse, hay que manifestar cada cualidad que tenemos para ser más. Mucho más.

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[Gritó al viento del sur que no la detendrían, que jamás conseguirían tenerla.]
-¿Qué... qué me esperará después de cruzar aquel puente?

-Tu nueva vida.

-¿Y los demás? ¿Qué será de ellos?

-Se quedarán aquí conmigo.

-No podré verles más, ¿verdad?

-Exacto, te doy la oportunidad de renacer. El único pero es que todo lo debes dejar atrás. Incluso tus recuerdos...

-Lo siento, no puedo. Mi vida está aquí, con ellos. Es mi vida, por mucho que sufra en ella no la cambiaba por nada en el mundo. Tengo suerte de ser quien soy. Por lo que denegaré su oferta, señor. Buena suerte.


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Y ves como la nieve cae en pleno otoño y piensas: Este mundo está cada vez más loco.
Contemplas extrañada como a la vez irrumpen en el suelo las hojas muertas y la escarcha del cielo. Tiene algo de magia, pero eres demasiado vanal para saber apreciarlo por completo.

Será verdad que no queda nada más que lo que estamos viviendo ahora.

domingo, 28 de noviembre de 2010

''No hay moral que pueda mantener un secreto; si sus labios permanecen cerrados habla con sus dedos, la traición se filtra por cada poro de su piel.'' Sigmund Freud.

[...]

-¿No comprendes que ya no soy capaz de esperar nada de ti?
-¿Por qué?
-Finge que no lo entiendes, así todo irá como quieres.
-Espera... ¿qué estás haciendo?
-Una locura.- Le sonríe, no espera que le pare los pies.
Empieza a quitarse las botas y el abrigo y se los arroja a la cara.

-Que comience la función.
Le agarra por los hombros y empieza a mecerse lenta. Al ver que no hay reacción se para, se separa y coloca sus rudas manos frías en su cintura con determinación. Vuelve a la posición inicial y eleva los talones para enfrentarse mejor a sus ojos. Sus dedos aguantan todo su peso y siente el frío de la cuidad bajo sus huellas.

-Esto es un duelo- le asegura mientras se mecen al compás de una melodía que sólo ellos son capaces de escuchar.- No me malinterpretes, como te he dicho ya no espero nada de ti. Quiero que te marches, que dejes vacío mi interior. Para que aquellas personas que vengan con intención de conocer mi alma se queden para siempre. No como tú, que absorbiste cada gota de mi esencia y te fuiste.

Siguen con su compás, él no sabe que decir y ella ya se lo ha dicho todo.

-Es el momento de empezar de cero o dejarlo todo. Tú decides.
-Yo...

Lo suelta, y vuelven a la realidad cuando sus finos talones caen al suelo con un sonido sordo. Ya no hay ninguna canción con la que evadirse al compás. Ella vuelve a recoger las cosas que se quedaron metros más allá después de terminar el baile. Y regresa con todo en sus manos mientras intenta abrigarse con lo que puede.

-Ya está tomada la decisión por lo que veo.
Con las botas todavía en la mano se acerca a él y le besa suavemente en la mejilla. Él pudo notar el roce de su suave piel por un instante y el calor de sus poros en la noche de diciembre. No la va a echar de menos, ella será una como tantas otras. Ni siquiera se detendrá a pensar en lo que pierde sin ella. Gira sobre sus pasos, le da la espalda y busca en el bolso. Saca un paquete de cigarrillos y se coloca uno en los labios.

-¿Desde cuándo cojones fumas?
Sin moverse contesta:

-Desde nunca. Adios entonces.
Y todavía descalza emprende su viaje sabe dios dónde. Él supone que irá hacia alguna parada de metro para poder regresar a casa. Ya no le preocupa.

sábado, 27 de noviembre de 2010

We knew we had to leave this town.

Obligada como estoy, no me queda más camino que el que queda por andar y el que se encuentra debajo de mis suelas desgastadas. Miro arriba, hacia el cielo, y sólo encuentro perfección en una noche sin estrellas iluminada por millones de fragmentos de sueños navideños y llenos de colores. Así es Madrid. Llena de humo, frío, extraños y no tan extraños que son capaces de mantener penetrante duelo de miradas como si siempre hubieran tratado contigo. Música, canciones que siempre acompañan mis pasos por el irregular descenso de las calles. Fotografías para capturar almas y momentos irrepetibles que se guardarán en el papel y permanecerán por los tiempos junto a mí.

Porque esta cuidad me dijo que no hay por qué temer, que en ella se podría encontrar a la persona que me hiciera volar dentro de un tiempo todavía por determinar.

Y bajo la mirada el cielo, ya basta de pensar pequeña. El cielo todavía no está hecho para ti.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Sin documentos.

-Déjame que te cierre esta noche los ojos
y mañana vendré con un cigarro a la cama...


-Mira, mejor que ya no vengas. Ya no quiero, esta es la línea que ya no debes sobrepasar por haber elegido otros caminos no compartidos. Solapé mis pensamientos internos con los racionales y este es el resulado: Una maraña incomprensible que se abre paso entre las adversidades de la vida. Por mí no te preocupes, ya tomaste rumbo, no debes regresar a tierra, viejo marinero. Se amplían tus horizontes ahora mismo, que no sea una sirena efímera la que te unda el bote y te impida conocer otros mundos. Adios, amado pirata, que se te de bien la gloriosa empresa.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Compañía.

Vuelve a salir a la calle. Hace frío. Encuentra confortable la idea de quedarse de puertas para adentro, pero hoy tiene que salir, ha quedado y no debe defraudar. Ya no escucha la música que compartió con otras personas, ni el café que se quedó a medias, tampoco su cara mientras visitaba otros mundos envuelto en sus sábanas. Hoy sale, pero no es a él a quien espera ya. Ahora decide cada paso envuelta en su esencia actual, sin preocuparle nada en absoluto. Y se reinventa, para quien decida explorar ahora su corazón se encuentre con experiencias exclusivas y sólo suyas.

[...]

-...Iría contigo, si no vienes no sería capaz de hacerlo sin ti.
-Enserio, ves... te vas a perder una experiencia irrepetible. Yo iría.
-Pero yo no. Si voy tiene que ser detrás de ti o tú detrás de mí. Porque te lo prometí, porque ellos representan mucho para nosotros. Además, sé que volverán. O eso espero...
-Como quieras. Es tu decisión.

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-Me dieron una patada en el culo. Hablando claro.
-Pues no lo entiendo, con lo que tú vales...
-Bueno, pero no les gustaba y hace dos años ya no me renovaron.
-¡Capuyos!
(...)

-Con que tú piensas que valgo para esto... gracias. :)
-De nada.

[No oses entrar, por favor.]

miércoles, 24 de noviembre de 2010

:

-Olvídame.

martes, 23 de noviembre de 2010

Notbroken.

No quiero escribirte nada pero siempre acabo en el mismo lugar y haciendo lo mismo: Dedicarte unas palabras que no sé de dónde salen ni a dónde van. No encuentro la manera de sorprenderte, de hacerme un huequecito detrás de tu muralla. La oportunidad que me brindaste fluyó como una nube de humo entre mis extremidades y no se dejó atrapar. No te pido nada, jamás pediré algo que no me será dado. Pero algunas veces sé que necesito algo que sea capaz de desenforcar la realidad de tal forma que lo que me rodea no me haga daño. Que tus brazos recubran mi cuerpo y me protejan de lo que hay en el extrerior de este conjunto de carne, huesos, conciencias y lágrimas.

[...]

Podría hacerlo, pero no tengo ganas. Prefiero sumergirme en al agua y ver que otra vez prefiero no importarle a nadie antes que a mucha gente, eso sería llenar mi vida de preocupaciones y bastante tengo yo con lidiar conmigo misma. Egoísta. Pareció resonar por alguna parte de mi cerebro. Estás siendo una de esas clases de persona que tanto solías odiar. Solía, tú misma lo has dicho, mi yo. Yo soy ahora, soy en este momento. No me importa una mierda qué fui ayer ni lo que seré mañana. Tomo aire. Y me vuelvo a retirar educadamente del mundo. Hasta mañana, que será otro día con más poesías y cosas que contar. Pero no en estos momentos, deje su mensaje si quiere algo de mi persona, gracias.

lunes, 22 de noviembre de 2010

...Ilusa...

Ya es el día. Es 23 de diciembre y me dispongo a llamar a su casa. La caja pesa mucho, menos mal que dentro de poco me voy a deshacer de ella y con todo lo que eso conlleva. Sale por la puerta alegrado de verme y me abraza. Bonita estampa navideña. A lo lejos veo que aparece ella, es como una visión. Se apolla en el marco de la puerta y sonríe, no sospecha nada. La devuelvo la sonrisa. Ahora le observo a él, lo comprendo todo. No hay cabida para mí. Me doy al media vuelta ignorando sus voces, preguntas y peticiones, me entran ganas de llorar y no me niego. Me dirijo a su lugar. Son las 5:30 y está el Sol apunto de estrechar lazos con el horizonte. Me siento y pulso el play. Ahora ya no hay nadie y hace frío. Extiendo mis piernas y dejo que la música dicte mis latidos.

Una mano aferra mi hombro. Apolla su peso en mí para poder sentarse a mi vera y observar la simplicidad de una puesta de Sol. Ha venido. Me quito los cascos expectante. Me mira y veo que me equivoqué, que mi presencia no estorbaba y que a quien estaba esperando era a mí. Qué tonta. Apollo mi cabeza en su hombro y dejo que la vida me sorprenda una vez más.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Felicidades.

Lo tengo todo dispuesto sobre la cama. Son cosas que no necesito, pero que en cierto modo forman parte de mí misma. Sonrío. Se va a llevar una gran ilusión o esa es mi intención.
Empiezo a introducir lentamente lo que me ha costado recolectar durante este mes:

Empiezo con unos libros, mis libros, esos que en cierto modo me han modelado como persona o que he sentido tan cercanos que me han estremecido completamente. Están ya dentro y siento que me observan atentamente. ''No os alarméis, acabaréis en buenas manos''.
Ahora introduzco un sobre con fotografías de todas clases, las saco con delicadeza del trozo de papel y las paso lentamente viajando en el tiempo junto con esas estampas tan visuales, desde aquel día que pasamos juntos por las calles de Madrid de aquella mañana tranquila y cálida hasta hace un par de años, cuando apenas nos conocíamos y mis recursos fotográficos no valían para nada. Todo guardado con pequeñas anotaciones en cada foto en un sobre blanco y simple.
Busco ahora por mi habitación un pequeño dibujo. Sé que te puede gustar. Hace tiempo que no dibujo nada y es una lástima. Sé que podría valer para ello, por lo menos para obtener el reconocimiento de los que están a mi alrededor. Pero ya no me llena. Suspiro. Es mejor que lo tengasa tú. Sí.
(...)
Acabo por darme cuenta de que me falta lo principal. Introduzco encima de todo un folio doblado donde pone indicado que debe ser el último regalo que hay que descorchar. En él están detallados todos los momentos que en algún momento planee sin ti, pero que inconscientemente en mi mente aparecías tú.
Cierro la caja, ya está. Me quedo mirándola. Todavía faltan un montón de cosas, pero supongo que esas te las acabarás encontrando a lo largo de mi vida. Oh... te echo tanto de menos.

It rains all day when you're not around
And I'm trying my best to come clean with the clouds
They follow me around
I'll dance till the rain comes down.

Listen:

En días como hoy y en momentos como éste es fácil sentir que todo se desprende lentamente. Ella sostiene su pesada mirada con fiereza. Hoy no puede más. Se deshace de su dura cáscara y se muestra tal y como es, pero esta vez sin resbalar fuera de su ropa. Confiere a sus sentimientos una esencia que se percibe sólo con aguantar sus ojos inóspitos, todavía sin colonizar, sin dueño. Y entre ese momento dialogado se despliega una situación paralela. Se podría decir que se trata de una conversación interna entre ella y algo más sabio y abstracto.

-¿Dulce niña, qué haces esperando a que vuelva?

Mientras le mira a los ojos es capaz de contestarse a sí misma y racionalizar las palabras que le debe de decir para no preocupar a quien esta delante de su cuerpo.

-Sé que aunque no busqué a alguien durante todo este tiempo, estuve esperando. Cuando se cree que ya ha aparecido esa persona y es la elegida no se puede hacer nada. No hay remedio. Esperaría una eternidad y no me importaría nada en absoluto. Si pudiese deshacer todo esto y tratar de olvidar ya no serviría de nada, mi vida no se podría volver a erguir y seguir su ritmo como antaño...
>>Da igual que llegue a conocer a mil personas más. Durante las largas conversaciones en cualquier restaurante en sus ojos empezaría a verle a él y sus recuerdos flotarían en el ambiente. Recalcularía la hora cada segundo, esperando impaciente a que se dieran cuenta de que ellos me importan un bledo y jamás sería capaz de darles algo. Saldría corriendo por la puerta, llegaría a casa y le llamaría. Sería una urgencia tan pura que no sería capaz de contarle qué tal me ha ido la velada ni el motivo de mi llamada. A cambio, le preguntaría que tal está él y esa chica que me presentó hace unas semanas. Y después, silenciosa, dejaría que me engullera la cama y me introduciría dentro de otras vidas de papel. Y creería que estaría haciendo lo correcto, pues no hay mejor forma de esperar que en silencio.

-Alomejor él no quiere ver cómo echas por la borda muchas oportunidades en tu vida de ser feliz por su persona.

-Ando condenada a seguir esperándo a que dentro de unos meses (o incluso años )me vuelva a coger de la mano y me diga: Ahora sí. Vayamos los dos a dar un largo paseo en esta mañana nevada que tanto me gusta.

[...]

Sonríe, él no sabe en qué está pensado en este momento. Se miran. Se reconocen. Pero ella no se distingue. Se va perdiendo lentamente entre las decisiones que él pueda tomar. Vuelve a sonreír. Ella es fuerte, lo sabe, o por lo menos atisba un pequeño grado de ello. El ambiente es pesado y frío, el asfalto desprende humedad petrificante que les hielan los huesos.

-Eres una idiota.

Le enseña el dedo corazón y se va decidida. Entre sonrisas y pequeñas bromas para cortar la delgada tensión que ha podido existir durante la conversación. ''Tú sí que eres un idiota. Y encima tienes la peculiaridad de poder hacerme feliz, lo que nos faltaba.''

miércoles, 17 de noviembre de 2010

You could be happy and I won't know

Abro los ojos. Ha pasado mi primer día. Son las 7:05 y me hago la perezosa. Doy un giro de noventa grados y me quedo mirando al techo de mi cuarto. Hace más de dos semanas me abrazabas y decías que era cierto. Te creo. Ahora me intento ahogar con la colcha, no quiero vivir en este mundo, me hace daño y soy todavía una cría para saber afrontarlo. Siguen escritos tus puntos suspensivos en mi brazo ahora que me fijo en la negrura de la madrugada otoñal y fría. Me dicen que en un tiempo podrás volver. Eso ahora no me lo creo, no soy capaz. Puedo esperarte el tiempo que haga falta, incluso el que no me sobre, sólo para poder recapitularlo todo y tirarlo a la basura para seguir de nuevo un nuevo camino contigo. Todo lo que me rodea me recuerda a ti. Hoy no, María, no pienses más. Hay que erguirse y salir fuera, a la calle, para desaprovechar otro día más de tu vida. Porque ahora no lo veo de otra manera.

Me desnudo, me desprendo de lo que no me pertenece y me veo reflejada en el espejo. Ojos hinchados y piel pálida. Si no fuera porque sigo pensado y respirando diría que me dejé mi alma en alguna canción que escuché la noche anterior para poder recordar al despertarme que ya no debo esperarte más, no durante un tiempo para que puedas devorar el mundo y dejarlo a tus pies.

Me decepciona el tic-tac, hace mucho tiempo que no hace nada por mí. Sólo me hace sufrir. Me siento una persona anciana, cansada y orgullosa encerrada en un cuerpo y una época que no merezco. Y derrepente me pongo a llorar. Todo sería más fácil si no tuviese que depender de alguien en mi vida. Sí, me estoy haciando mayor y no quiero.

martes, 16 de noviembre de 2010

-I'm so hollow

-Finje una sonrisa, todo va a salir bien. No es algo que no te haya ocurrido antes. Bueno... quizás las cosas hayan venido demasiado por sorpresa, pero más tarde o más temprano sabías que iba a ocurrir. No, lo estás haciendo mal. Es así. -Intenta sonreirla.- ¿lo ves? Eso es una sonrisa... ¿¡Qué haces!? ¡No! no llores, pequeña... Estaré aquí hasta que el mundo se vuelva a recolocar para ti. Quizás es lo que más necesites ahora, en este preciso instante. Toma, lo he traído para ti. Es una fotografía de ese amanecer, el que esperabas ver... Sólo me queda decirte una cosa antes de consumirnos en el silencio y el llanto: Recúerdale, recuerda todo lo que solía ser. Quédate con eso, es el mejor regalo que te puede dar nadie: su tiempo.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Jueves 12 de abril de 1984; Henry tiene 36 años, y Clare, 12.

[...]
-Henry- dice, levantando la cabeza-, ¿quién es tu Beatle favorito?

-John, claro.

-¿Por qué ''claro''?

-Bueno, Ringo está bien, pero es un tipo tristón, ¿sabes lo que quiero decir?, y George es demasiado New Age para mi gusto.

-¿Qué significa New Age?

-Religiones extrañísimas. Música ñoña y aburrida. Petéticos intentos de convencerse de la superioridad de todo lo relacionado con lo hindú. La medicina no occidental.

-Pues a ti no te gusta la medicina convencional.

-Eso es porque los médicos siempre intentan convencerme de que estoy loco. Si me hubiera roto un brazo, sería un gran entusiasta de la medicina occidental.

-¿Qué me dices de Paul?

-Paul es para chicas.

Clare sonríe, con una sonrisa tímida.

- A mí el que más me gusta es Paul.

-Claro, eres una chica.

-¿Por qué Paul es para chicas?

''Ve con cuidado'' me digo.

-Mmmm... Vaya... Paul es algo así como... como el Beatle bueno, ¿sabes?

-Y eso ¿es malo?

-No, no. Claro que no. Ahora bien, a los chicos nos interesa más ser guay, y John es el Beatle guay.

-Ya, pero está muerto.

No puedo evitar reírme.

-Puedes seguir siendo guay después de muerto. De hecho mucho más fácil, porque no envejeces, no engordas ni se te cae el pelo.

[...]


(La mujer del viajero en el tiempo.)

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...Ya no coloreas tu rinconcito. Ya no expresas nada, será porque ya no sientes nada... Y la culpa puede que sea toda mía.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Look at the stars falling down.

Retumban entre mis brazos las ganas de vivir. De suplicar por poder abrazar cada momento. Casi han pasado un par de meses (o incluso más) y los he sentido volar demasiado deprisa, mis expectativas se exprimen y condensan en la barra de aquel bar de Madrid. Fue en aquel lugar donde me cogiste de la mano y, obcecado, dijiste que sería para siempre. Que jamás lo olvidarías y que mis conocimientos sobre ti eran pésimos. Pero no somos tan diferentes, ambos sabemos que no podemos mantener nuestras promesas por mucho tiempo. Dame tus motivos, pero no una segunda oportunidad porque sabemos que nunca saldría bien. Recoge el abrigo del perchero y salgamos de aquí, hay miles de posibilidades para poder soñar aunque para ello no sea necesario recordar. El frío del exterior ciega mi propósito, ya no las veo venir. Guíame hasta el final de esa calle, sólo pido eso. El final del trayecto intentaré recorrerlo yo sola aunque después, por las noches, no sea capaz de dormir.



[And maybe someday we will meet.
And maybe talk, and not just speak.
Don't buy the promises cause
there are no promises I keep,
and my reflection troubles me,
so here I go.]

jueves, 11 de noviembre de 2010

Think.

Como en esos momentos en los que no sabes qué hacer pero no es motivo de preocupación. Cuando surgen dudas o motivos para realizar determinadas acciones pero no es la mejor situación y nos conformamos con una pizca. Un trocito para saborear y juzgar.
Pero no sabes que eso acaba degradando lo que va sucediendo, menguan los sentimientos y acaban por aborrecernos y escapar. No insto. No urge.

Deja que las notas de la radio en la madrugada inunden tus oídos. Déjate llevar y dame la mano. Di qué sientes y sonríe, no hay problemas a nuestro alrededor si sabemos como actuar y además si hay alguien para aguantarnos si nos ven caer. No es necesidad, es algo más profundo e inexplicable.

martes, 9 de noviembre de 2010

No sé.

Dame tus mejores sueños y yo te daré mis más preciadas esperanzas.

[...]

lunes, 8 de noviembre de 2010

Llega cansada a causa del largo viaje, con todas sus maletas como si fueran extremidades de su cuerpo. Y las deja caer estrepitosamente. Suspira aliviada. Por fin ha llegado a su nuevo hogar. Vida nueva, pensamiento nuevo y sonrisa preciosa de desahogo. ''Por fin... ¡joder!'' Exclama para sus adentros.
Se dispone perezosa a colocarlo todo mientras que analiza cada rinconcito de la pequeña, pero habitable, planta. Hay lugares que no podrá aprovechar, como aquellas repisas del salón y dos sillas de una habitación. Bueno, ya se hará algo con esos clavos sueltos. Vuelve al lugar donde arrojó sus maletas. Llegó el momento de ponerse a convertir suya esta casa. Arrastra todas las bolsas hasta su nueva habitación y las deja en la cama. Su mano se detiene antes de empezar a deslizar sus dedos por la cremallera. Llaman la puerta.

-¡Voy!- Quiera o no la hacía ilusión. Sería la primera vez que abre la puerta de su nuevo piso de aquel país. Le encanta viajar, no quedarse en un sitio fijo, que nada la atase. Necesitaba despegar los pies del suelo y elegir un nuevo lugar cada cierto tiempo, que podrían ser meses o unos pocos años. Eso nunca era algo que la importara. Pero sí lo era encontrarse con alguien inesperado. - ...

-Hola. Espera, no me cierres todavía. Dame la oportunidad de explicar mi repentina aparición. Sé que no quieres verme, que cuando te marchaste hace tantos años sería por algo. Pero quiero que sepas que sigo esperando tu despedida, que esas cuatro palabras al cabo del tiempo se vaciaron de significado. Lo eras todo para mí, Clara. Lo sigues siendo y en lo más profundo de mí no pude evitar llamar a tu antigua casa y preguntar por ti. Me dijeron que tenías intenciones de regresar pero supe que no, que era mentira, ¿me equivoco? No, no lo creo. Toma, te dejaste esto en casa. Lo tuve bien guardado hasta que conseguí sacar el valor para venir aquí y volver a verte. Guárdalo bien. Podrás escuchar el sonido del mar siempre que quieras, ese que te gustaba tanto prometerme que íbamos a visitar. Pero antes deberás de robarle unas palabras que se colaron dentro. Un beso y deja de llorar. No volveré a molestarte nunca más.

[''Y si el río de mi amor se precipita por fragoso terreno, no importa, no hay río que no se abra paso tarde o temprano hacia el mar.'' Nietzsche.]

Y dejó que el tiempo volase hacia extrañas circunstancias cuando creía conocerse a ella misma.

domingo, 7 de noviembre de 2010

¿Tic-tac?

Cómodo, confortable, situación agradable. Pero también situada al borde del abismo. ¿No te parece? Cuento los días como si fueran segundos, el tiempo circula por mi cabeza a velocidades escalofriantes. Puede que sea porque este momento sea perfecto o porque yo lo quiera ver así, jamás lo sabré.
Y sí, tengo miedo. Pero cuando algo que se posee se quiere o se valora de verdad siempre surgirá este sentimiento, aunque no sea la clase de persona que vaya predicando tales cosas.

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-Y te dije que te cogería del brazo si te ibas. Que sería algo inevitable.
-No hace falta que lo hagas, no me voy a separar de ti. No en este momento.
-¿Por qué?
-No lo sé.

sábado, 6 de noviembre de 2010

''Los hombres sólo son buenos de una manera, malos de muchas''

Son días normales, pero extraño algo. Ese sentimiento lo he tenido siempre presente, pero quizás no con tanta intensidad o no lo veía tan cerca. Las ventanas están frías y húmedas, como si durante la noche no hubiesen parado de llorar. Toco con las yemas de mis dedos el frío cristal y el vaho sale triste dibujando extrañas palabras que creí que fueron borradas para siempre. Mis ojos terminan por enfocar el horizonte que se dibuja por la ventana. Aquel lago era lo único que me dejaste, lleno de recuerdos y de nostalgia petrificada por el tiempo. No comprendo por qué te fuiste; quizás sea algo que nunca llegue a comprender. La puerta de la cabaña siempre ha estado abierta para ti y en este momento sigue así. Coloqué mi libro en el umbral para que jamás se pudiese cerrar a tu voluntad.

Y hoy vuelves, no sé con qué fin. Pero vuelves y me haces feliz una vez más. [...]

-No te vayas, por favor- Musitó.- Esta vez es diferente, creo que puedes ser capaz de quedarte conmigo un rato más. Déjame demostrarte que es así. No des un paso más, no podré esperar para siempre tu llegada. Un año nos ha hecho cambiar, no quiero que te marches y que cuando vuelvas no sea capaz de encontrarte en tu mirada. No... Esta vez quiero que me hagas feliz, que me digas que este vestido me hace guapa. Que me mires pícaro y sea capaz de ver tus intenciones. Quiero que me cojas de la mano y me guíes durante este trecho; que te quedes en esta casa, la que ambos construímos tiempo atrás. Necesito que me hagas ronronear sólo como tú sabes. Déjame enseñarte que se puede conseguir.
-Lo siento. Yo nunca he sido así.
Lo agarró de la camisa, le dio la vuelta y ella se lanzó a sus brazos para poder abarcarle con los suyos.
-Si no insisto sé que durante el resto de mi vida me estaré martirizando por no haberlo hecho. Lo único de lo que me arrepentiría sería de no haber evitado que salieses por la puerta.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Despacitamente.

Cualquier momento es perfecto para emocionarse un poco y despegar del suelo. Sentir el aire corretear (qué verbo tan simpático) entre las imperfecciones del cuerpo. Y pensar qué sería de mí sin ti. Qué sería de mis nervios sin encontrarme de cerca con tus ojos. Son suposiciones, pero no necesito que me quieras con todas tus ganas para poder saber que contigo podré ser feliz. Sólo que me demuestres lo necesario cada vez (o ni eso), que seas inconstante, como yo y como el mundo irregular. Que nuestras escapadas seas tan irrepetibles que se nos queden grabadas para siempre y que esto me haga escoger lo adecuado, pero no lo correcto. Porque no demuestro rutina en mis actos, ni lo prentendo. Por eso hoy huyo, porque no quiero que me saborees mucho. Quédate tú con tus dudas muy adentro, no las necesito. Será lo único que no necesito ahora. Tus miedos a no querer.


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Necesito una escapada a lo más profundo de mis emociones y esperar a que venga la lluvia y me haga reaccionar después. La realidad es algo tan pesado que la dejé al borde de la cama para encontrarme con ella antes de introducirme otra vez en mis sueños.
Siempre olvidé lo más importante: quererte/me.

martes, 2 de noviembre de 2010

Lay motionless in bed.


¿Qué me está pasando? Reconozco este sentimiento pero soy incapaz de volverlo a alejar de mi lado. Ha pasado mucho tiempo hasta que comprendí que cualquier cosa que haga afecta necesariamente a alguna persona que quiera acercarse a mí. ¿Mi problema? que soy asocialmente social. Que dependo de las personas pero algunas veces tengo que apartarlas de mi lado. Mis motivos tendré, pero ahora no quiero que los sepas. Posiblemente eso acarrearía quitarme mi coraza y salir adelante; sé que ahora no estoy preparada para tal acto de valentía.
No quiero dañarte, pero el no hacerlo produciría en mí un sentimiento de extraña autodestrucción. Pero, por favor, no me cierres esa puerta. Yo ya no pertenezco aquí, déjame salir. Y después cierra, porque ¿sabes? Nunca llueve eternamente y podré estar ahí en cualquier momento sólo con un chascar de dedos.
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-Borra esos recuerdos o archívalos tan adentro que sea un enigma dar con ellos. Empieza a vivir como si cada día fuera el único de tu vida. Con tanta intensidad que duela, pero sabrás que lo hicistes con tantas ganas que no habrá lugar para el arrepentimiento. Y si no encuentras la forma de hacerlo, toma mi mano. Podré acompañarte y guiarte hasta el abismo, pero después es tu elección saltar conmigo o no.
-Estoy dispuesta a todo.

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