domingo, 29 de septiembre de 2013

Cuando te vas

A veces la lluvia es tan fina que apenas la notas rozar; con ese característico murmullo de las flechas al caer en parábola hacia nuestro corazón. Tendríamos que haber cogido el paraguas y sacar del armario los chubasqueros, prevenirnos de lo inevitable o hacer que somos algo más normales. Normales... esa palabra que te exacerba en proporciones escandalosas, que te llena de ruido la boca cuando te encuentras de pronto con este término. Solías decir que las personas normales son tristes en sí mismas, sin más preocupación que hacer lo que está escrito, incapaces de ver los fallos a la moral o el raciocinio cuadriculado.

La estruendosa soledad me está volviendo normal, Verónica. Tú, que te fuiste sin dar más explicación que la rotunda negación de lo inevitable ante nuestro pronóstico acertado. Negándolo todo y mandándolo todo a la mierda. La tristeza que envuelve las cosas de esta casa se está precipitando en mi mente y no me deja pensar.

Y tu vestido favorito sigue en el cajón, como recién planchado... Como te gustaba a ti.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Tan detrás de ti

Todavía me pregunto si recuerdas aquellos momentos en los que me recitabas fragmentos de los libros que solías leer y releer con esa sonrisa sorda que lograba transportarme hasta tu infancia. "Yo sé, mi amor, que estás triste. Te acaricio el pelo en silencio pero no sé qué más hacer. [...]" Ahora me aturdo y no encuentro las palabras que expresan que te echo de menos. Estos pensamientos vienen para callarse en mi boca; y me pregunto cómo pudimos cambiarlo todo para ahora no saber controlar nada. Ni siquiera este gesto sincero delante del espejo, ya tan lejos de casa.

Empaqueto mis cosas, las que ahora son la contrapartida de mi vida.
"Encontré un beso detrás de aquella fotografía que un día no quise encontrar y me puse a llorar."

A veces pienso que todo ese tiempo fue historia y que se localiza envuelto en el mismo cajón que las Cruzadas de los Reyes, volviéndote así mi "Corazón de León" un día de octubre y dejando atrás una larga aventura que no sé cómo rememorar.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Hoy me podrías encontrar.

Y si susurras y pronuncias mi nombre no dudes en metamorfosear los pensamientos que compartes conmigo en una bella y simple sonrisa. Leve surco curvado debajo de la nariz. Luego piensa en la locura y en lo poco que la aprovechamos.

Detente en la esquina donde de jóvenes solíamos jugar a esconder las penas en un furtivo beso y un leve roce de miradas. Hoy me podrías buscar en el estercolero de sueños que apenas ya suelo recordar; hoy, que es un día de esos en los que las rodillas tiemblan al pensar en todo lo que fuimos y a lo mínimo que conseguimos llegar.

Bloquea mis pasos para que deje esta sensación de quemar mi piel, no me dejes continuar. Pulsa el botón que decelera los latidos del corazón. Pero sobre todo haz que pare de escribir, porque hoy me podrías encontrar.

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