Las púas de mi peine son rachas de viento.

¿No ves que quiero que mis palabras sean verdades en tus retinas? Que no pretendo contemplar medias sonrisas pintadas por mentiras contagiosas cuando sabemos que lo que realmente pisamos es suelo aterciopelado, sin espinas, sin miedos.

Y tras la sinceridad se esconde el recuerdo del aroma entre las sábanas y la tonta sonrisa entre los labios al recordarlo.

Mi amor por ti es como el sol,

grande y redondo.

Tu amor por mí es como la luna

pequeña y preciosa.

Mi amor por ti es como el cielo,

siempre infinito.

Tu amor por mí en como la tierra,

más pequeñito.

Mas, como mi libertad

no te puede exigir nada,

yo te lo daré a ti todo

aunque tú no me des nada.

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No comparto más cielo que mis silencios posados en dulces pentagramas que descompongo todas las tardes cuando me deshago de rabia por perder la capacidad de soñar con la efusividad que me caracterizaba cuando te posabas inquieto en mis pupilas. No me preguntes por qué, pero siento que esto se desliza y reblandece entre segundos tensos y subordinados. Aunque tú no me des nada...

Pero hay momentos que nadie nos puede explicar.

Pequeña luz de tenue resplandor

hoy también brillas un poco para mí.

Esta noche he mirado las estrellas

y, por un instante, he estado flotando

con ellas en dulce quietud.

Te amo, no es una costumbre social,

es el libre loco amor

suelto libre al viento y a la luz.

No te esfuerces por mí, ante todo sé tú,

yo pretendo en la sombra y en la luz

saber, solamente, quién soy.

-Manuel Muñoz Sánchez.-

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Entre claros y nubes borrosas, las cosas fueron como contaban pero no quisimos escuchar. Aprieta un poco más los nudillos porque te voy a gritar al oído aunque no te quieras enterar, aunque después me abofetees el alma por mi insolente actitud. Y en ese momento estará todo bien, tú pedirás perdón y yo te negaré su aceptación con los ojos rojos de haber callado tanto. Pero ¿sabes? que ni se te pase por la mente dejar que de un paso atrás, porque me da pánico descolgarme de tu vuelo.

Pero no me tengas en cuenta, que aquí nadie ha dicho nada. Como siempre, silencios.

A cada uno nos llega el momento de plantearse una sóla pregunta y darle una merecida respuesta. Y es extraño que yo ya la tenga en mente y haya debatido con tanta enfatización pues sólo estoy en el comienzo de mi vida y ya tengo miedo. Sin embargo quiero que me digas por qué te duele la vida; por qué hay momentos en los que nos come el miedo y la angustia a todos y no sabemos qué hacer...

Interpreté esta cobardía como la alusión a un teatro vacío con un artista en el escenario: tú, pero sin ser tú; lleno de surcos de tiempo y degradado hasta llegar a dar lástima. Pero ya los asientos sólo los ocupa tu sombra, tu pasado o tus recuerdos... Sientes la necesidad de cerrar los ojos e imaginar la fotografía de antaño, cuando miles de personas se acomodaban en las butacas para compartir tu vida con la suya. Y ves que una lágrima de tormento transcurre en el espacio de tus colores apagados... pues ya no queda nada de esto al volver a abrir los ojos. No hay nadie, todo el mundo se marchó.

-¿Y esta es la explicación de por qué siempre apagas tu mirada cuando fijas tus ojos en un lugar que no existe?
-Viajo, siempre estoy viajando. Pero debes saber que esos lugares a los que voy sí existen, están dentro de mí. Los he creado yo y en ellos están los que echo de menos, los que ya no pueden darme la manos por tantos motivos... Tengo miedo al futuro, es la primera vez que lo admito. Lo siento, no debería de habertelo dicho.
-¿Por?
-Por que voy comprendiendo con el tiempo que la gente no me entiende.
-Yo sí.
-¿A sí?
-Sí...

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And if I was running, you'd be the one who I would be running to
And if I was crying, you would be lining the cloud that would pull me through
And if I was scared, then I would be glad to tell you and walk away
But I am not lying, I am just trying to find my way into you.

Cuando todo se de por perdido.

Recuérdame cuando todo se me caiga de las manos que un día planeamos el asalto al cielo. Que está entre nuestros asuntos pendientes eso de ser filósofos emprendedores; y crea un paraíso lleno de garabatos e invítame a pasar un rato que la noche me encierra y no dejo de temblar.

Y sigue bailando conmigo sólo con la mirada desde la otra punta de la habitación. Con esos ojitos que desabrochan las ganas de mezclarse... -Humm... Nadie dijo que fuera fácil.- Y si luego quedan fuerzas dime que eres de esos que no llevan un ramo de flores a la cama.



Que si el barco se hundiera
yo sería el capitán
y éste no es mi barco
y yo no soy de nadie,
tampoco sé nadar

Me dedico a soplar niebla
que los bichos están ahí
te prometen almohadas
te las dan por las dos caras
quieren jugar con la boca
de sangrar, de no latir

Where we should be for now

Extrañas son las fuerzas que nos hacen distinguir realidad de sueño. A veces pienso que el querer es lo menos apropiado en corazones que se degradan con besos en cada esquina que queda por pisar. Pero cuando surge el sentimiento de ser sonrisa en otros labios, lo demás termina. Como comenzar una catástrofe de piel y sentimientos que se mezclan y dan lugar a la necesidad más pura para conseguir mantenerse a flote ante todo esto que nos inunda, que es un caos entre nuestro entendimiento.
Toma aliento. Serás el lugar más bonito donde quiero estar, para reposar tanto entusiasmo y entregarlo sin esperar más que unas pocas cosquillas cuando nadie mira, ocupados en otras vidas. Buscando lo que tú y yo ya conseguimos hace un rato ya.

-Supongo que hay veces en la que una voz se eleva en lo alto del ruído del gentío para llegar a un sólo oído. Te vuelves y te das cuenta de que es tu nombre el que está siendo nombrado y el de nadie más. Y ves que ese alguien que te llama, que escuchó tu silencioso llanto, ahora está a escasa distancia de ti y se está inclinando un poco para darte un beso en la mejilla a forma de bienvenida, de empezar a querer un principio.- Toca la última nota del piano. Suspira, vuelve la cabeza y pasa a prestar atención la expresión de él tapada por el silencio.- Tú me llamaste aquel día con todas tus ganas sin necesidad de pronunciar una palabra, me diste aquel beso y desde ese momento no me aparté de ti. Tus latidos son tan apetitosos como las ganas de beber cuando existe la sed. (...) Estoy sacando las fuerzas para decirte que en ocasiones me pierdo, supongo que por miedo, pero eso no quiere decir que sea lo que desee. No sé si lo ves, pero me muero por descansar un rato a tu lado sin tener la preocupación de si te quieres ir o de si no es a mí a quien ves. Ahora soy yo quien está gritando tu nombre desesperadamente.

Bajé las escaleras, sí, de dos en dos,
perdí al bajar el norte y la respiración;
¿Y por las noches que harás?
- Las paso descosiendo, aquí hay un arco por tensar.
Que yo me acuerdo entodavía cuando te besaba.
¡La cago, vuelvo a tiritar!
¡Si tú no te juraras siempre que yo te faltaba!
A veces todo es tan normal...

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Si te despistas, las escaleras están a la izquierda justito donde descorché tiempo atrás mis palabras y me dejé llevar mientras la armónica lloraba. No te preguntes el por qué de tus actuales despreocupaciones. Si te place deja de preguntarte un rato y vente conmigo esta noche donde no nos pueda encontrar nada más que el sinsentido y las ganas de pasar una noche en vela más. Sembraremos un pequeño bosque de pacíficas inten(ta)ciones mientras que las estrellas encienden las largas para que apartemos los sueños de aquí. Y si luego te apetece, quizás te querré un poco más y nos podremos olvidar de disimular cuando espía la razón desde su sillón. Cierra los ojos y deja que actúen los silencios que están latentes en cada sonido, arroja una moneda al pozo por aquellos que ya no te pueden escuchar y después extiende tu palma para que pueda asirla con más fuerza si cabe y llevarte conmigo, paralelamente al suelo.

¿Quién va a ser mi paracaídas?

De cómo cambia la vida; si en un momento reímos y después el miedo nos aprisiona. Y es que los descuídos nos sensibilizan a la realidad. Tan sensible me quedé que al colisionar contigo que no supe descolgar tus botones de mis ojales, anonadada por no predecir lo que se llevó el tren y lo que me esperaba en el andén para partir. Y gracias a ti no hay heridas, la piel amoratada me recuerda que mi torpeza me permite caminar con más sigilo hasta llegar a la habitación donde habitas sin que percibas mis pasos. Y voy acariciando el suelo al son de tus notas, irradian ilusión, lo siento en el pecho con demasiada pasión.

Y ahora podrás entender que siempre seré yo quien atravise tu costado con la palma para apuntillarme y darte un beso en la nuca, con el olor de tu perfume después en mi labios despintados. Con la convicción de que te darás media vuelta y te harás el sorprendido.

Quién va a ser mi playa en Madrid..