jueves, 15 de septiembre de 2011

I don't need you.

Pero quizás... sólo necesite verte un rato y saber que estás a salvo, que nada en esta vida ha podido hacerte daño o que nunca sufriste las heridas haber pasado miedo. Me gustaría abrir los ojos y verte dormir cerca mía; observar que todavía nada ha cambiado y que todo sigue correcto. Como lo dejé antes de marchar.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Cuando la ves, ya no la ves a ella. Su vista se pierde constantemente en el horizonte situado detrás de la ventana llena de diminutos diamantes de lluvia. Creo que se sigue preguntando dónde está él después de tanta locura, de tanta insatisfacción con la vida misma.

Se encoge un poco más, aplastando sus rodillas contra su pecho aumentando así la dificultad de mantener el equilibrio sentada en el alféizar. Ella sabía donde estaba y por qué motivo, pero ya sólo salía una sonrisa que apartaba cualquier rastro de pregunta metafísica.

-Sabes que en el momento en el que el pelo se te caiga y las arrugas inunden tu piel, una de las pocas personas que se implicará seré yo. Después de tanto tiempo y de mostrarte tal y como eres... Doy por seguro que cuando quieras mirar alrededor estaré yo, sólo yo. No te das cuenta ahora, pero lo harás con el tiempo aunque no sé si será demasiado tarde.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Y cortaste los hilos pero los dejaste todavía tensos entre tus manos, con la fragilidad de poder desprenderte de ellos cuando la distancia ya no esté tan distante; demasiado distante, demasiado dolorosa. Pero de pronto decís que no querés desprenderte del todo y no comprendés que yo no comprendo: que cerré un libro ya, que comencé otro con la convicción de encontrarte otra vez entre las líneas cuando mi mente se paraliza para pensar y poner atención en las conexiones entre la realidad y la ficción. Y te encuentro y pataleo no sé si de pena o de alegría... Y me doy cuenta de que es un hecho que no podrás irte de mí hasta que no muera.

________________________________


>> Es un hecho que no me voy a ir del todo... Aunque sabés que no podrás pretender que continúe como si nada, con la falsa mirada de quien avanza por la vida sin una persona (casi) indispensable.
Una mañana como una cualquiera, pero con reencuentros no muy diarios, tras hacer memoria y echar a perder unas pequeñas lágrimas por una persona que siempre estará ahí para vos. Para echarse a perder o para rescatar lo mejor que tenés y extenderlo sobre las arruguitas de las sábanas.



-Adios a mi disposición.
-Bienvenida a mi mundo...


Seguidores