lunes, 22 de noviembre de 2010

...Ilusa...

Ya es el día. Es 23 de diciembre y me dispongo a llamar a su casa. La caja pesa mucho, menos mal que dentro de poco me voy a deshacer de ella y con todo lo que eso conlleva. Sale por la puerta alegrado de verme y me abraza. Bonita estampa navideña. A lo lejos veo que aparece ella, es como una visión. Se apolla en el marco de la puerta y sonríe, no sospecha nada. La devuelvo la sonrisa. Ahora le observo a él, lo comprendo todo. No hay cabida para mí. Me doy al media vuelta ignorando sus voces, preguntas y peticiones, me entran ganas de llorar y no me niego. Me dirijo a su lugar. Son las 5:30 y está el Sol apunto de estrechar lazos con el horizonte. Me siento y pulso el play. Ahora ya no hay nadie y hace frío. Extiendo mis piernas y dejo que la música dicte mis latidos.

Una mano aferra mi hombro. Apolla su peso en mí para poder sentarse a mi vera y observar la simplicidad de una puesta de Sol. Ha venido. Me quito los cascos expectante. Me mira y veo que me equivoqué, que mi presencia no estorbaba y que a quien estaba esperando era a mí. Qué tonta. Apollo mi cabeza en su hombro y dejo que la vida me sorprenda una vez más.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Felicidades.

Lo tengo todo dispuesto sobre la cama. Son cosas que no necesito, pero que en cierto modo forman parte de mí misma. Sonrío. Se va a llevar una gran ilusión o esa es mi intención.
Empiezo a introducir lentamente lo que me ha costado recolectar durante este mes:

Empiezo con unos libros, mis libros, esos que en cierto modo me han modelado como persona o que he sentido tan cercanos que me han estremecido completamente. Están ya dentro y siento que me observan atentamente. ''No os alarméis, acabaréis en buenas manos''.
Ahora introduzco un sobre con fotografías de todas clases, las saco con delicadeza del trozo de papel y las paso lentamente viajando en el tiempo junto con esas estampas tan visuales, desde aquel día que pasamos juntos por las calles de Madrid de aquella mañana tranquila y cálida hasta hace un par de años, cuando apenas nos conocíamos y mis recursos fotográficos no valían para nada. Todo guardado con pequeñas anotaciones en cada foto en un sobre blanco y simple.
Busco ahora por mi habitación un pequeño dibujo. Sé que te puede gustar. Hace tiempo que no dibujo nada y es una lástima. Sé que podría valer para ello, por lo menos para obtener el reconocimiento de los que están a mi alrededor. Pero ya no me llena. Suspiro. Es mejor que lo tengasa tú. Sí.
(...)
Acabo por darme cuenta de que me falta lo principal. Introduzco encima de todo un folio doblado donde pone indicado que debe ser el último regalo que hay que descorchar. En él están detallados todos los momentos que en algún momento planee sin ti, pero que inconscientemente en mi mente aparecías tú.
Cierro la caja, ya está. Me quedo mirándola. Todavía faltan un montón de cosas, pero supongo que esas te las acabarás encontrando a lo largo de mi vida. Oh... te echo tanto de menos.

It rains all day when you're not around
And I'm trying my best to come clean with the clouds
They follow me around
I'll dance till the rain comes down.

Listen:

En días como hoy y en momentos como éste es fácil sentir que todo se desprende lentamente. Ella sostiene su pesada mirada con fiereza. Hoy no puede más. Se deshace de su dura cáscara y se muestra tal y como es, pero esta vez sin resbalar fuera de su ropa. Confiere a sus sentimientos una esencia que se percibe sólo con aguantar sus ojos inóspitos, todavía sin colonizar, sin dueño. Y entre ese momento dialogado se despliega una situación paralela. Se podría decir que se trata de una conversación interna entre ella y algo más sabio y abstracto.

-¿Dulce niña, qué haces esperando a que vuelva?

Mientras le mira a los ojos es capaz de contestarse a sí misma y racionalizar las palabras que le debe de decir para no preocupar a quien esta delante de su cuerpo.

-Sé que aunque no busqué a alguien durante todo este tiempo, estuve esperando. Cuando se cree que ya ha aparecido esa persona y es la elegida no se puede hacer nada. No hay remedio. Esperaría una eternidad y no me importaría nada en absoluto. Si pudiese deshacer todo esto y tratar de olvidar ya no serviría de nada, mi vida no se podría volver a erguir y seguir su ritmo como antaño...
>>Da igual que llegue a conocer a mil personas más. Durante las largas conversaciones en cualquier restaurante en sus ojos empezaría a verle a él y sus recuerdos flotarían en el ambiente. Recalcularía la hora cada segundo, esperando impaciente a que se dieran cuenta de que ellos me importan un bledo y jamás sería capaz de darles algo. Saldría corriendo por la puerta, llegaría a casa y le llamaría. Sería una urgencia tan pura que no sería capaz de contarle qué tal me ha ido la velada ni el motivo de mi llamada. A cambio, le preguntaría que tal está él y esa chica que me presentó hace unas semanas. Y después, silenciosa, dejaría que me engullera la cama y me introduciría dentro de otras vidas de papel. Y creería que estaría haciendo lo correcto, pues no hay mejor forma de esperar que en silencio.

-Alomejor él no quiere ver cómo echas por la borda muchas oportunidades en tu vida de ser feliz por su persona.

-Ando condenada a seguir esperándo a que dentro de unos meses (o incluso años )me vuelva a coger de la mano y me diga: Ahora sí. Vayamos los dos a dar un largo paseo en esta mañana nevada que tanto me gusta.

[...]

Sonríe, él no sabe en qué está pensado en este momento. Se miran. Se reconocen. Pero ella no se distingue. Se va perdiendo lentamente entre las decisiones que él pueda tomar. Vuelve a sonreír. Ella es fuerte, lo sabe, o por lo menos atisba un pequeño grado de ello. El ambiente es pesado y frío, el asfalto desprende humedad petrificante que les hielan los huesos.

-Eres una idiota.

Le enseña el dedo corazón y se va decidida. Entre sonrisas y pequeñas bromas para cortar la delgada tensión que ha podido existir durante la conversación. ''Tú sí que eres un idiota. Y encima tienes la peculiaridad de poder hacerme feliz, lo que nos faltaba.''

miércoles, 17 de noviembre de 2010

You could be happy and I won't know

Abro los ojos. Ha pasado mi primer día. Son las 7:05 y me hago la perezosa. Doy un giro de noventa grados y me quedo mirando al techo de mi cuarto. Hace más de dos semanas me abrazabas y decías que era cierto. Te creo. Ahora me intento ahogar con la colcha, no quiero vivir en este mundo, me hace daño y soy todavía una cría para saber afrontarlo. Siguen escritos tus puntos suspensivos en mi brazo ahora que me fijo en la negrura de la madrugada otoñal y fría. Me dicen que en un tiempo podrás volver. Eso ahora no me lo creo, no soy capaz. Puedo esperarte el tiempo que haga falta, incluso el que no me sobre, sólo para poder recapitularlo todo y tirarlo a la basura para seguir de nuevo un nuevo camino contigo. Todo lo que me rodea me recuerda a ti. Hoy no, María, no pienses más. Hay que erguirse y salir fuera, a la calle, para desaprovechar otro día más de tu vida. Porque ahora no lo veo de otra manera.

Me desnudo, me desprendo de lo que no me pertenece y me veo reflejada en el espejo. Ojos hinchados y piel pálida. Si no fuera porque sigo pensado y respirando diría que me dejé mi alma en alguna canción que escuché la noche anterior para poder recordar al despertarme que ya no debo esperarte más, no durante un tiempo para que puedas devorar el mundo y dejarlo a tus pies.

Me decepciona el tic-tac, hace mucho tiempo que no hace nada por mí. Sólo me hace sufrir. Me siento una persona anciana, cansada y orgullosa encerrada en un cuerpo y una época que no merezco. Y derrepente me pongo a llorar. Todo sería más fácil si no tuviese que depender de alguien en mi vida. Sí, me estoy haciando mayor y no quiero.

martes, 16 de noviembre de 2010

-I'm so hollow

-Finje una sonrisa, todo va a salir bien. No es algo que no te haya ocurrido antes. Bueno... quizás las cosas hayan venido demasiado por sorpresa, pero más tarde o más temprano sabías que iba a ocurrir. No, lo estás haciendo mal. Es así. -Intenta sonreirla.- ¿lo ves? Eso es una sonrisa... ¿¡Qué haces!? ¡No! no llores, pequeña... Estaré aquí hasta que el mundo se vuelva a recolocar para ti. Quizás es lo que más necesites ahora, en este preciso instante. Toma, lo he traído para ti. Es una fotografía de ese amanecer, el que esperabas ver... Sólo me queda decirte una cosa antes de consumirnos en el silencio y el llanto: Recúerdale, recuerda todo lo que solía ser. Quédate con eso, es el mejor regalo que te puede dar nadie: su tiempo.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Jueves 12 de abril de 1984; Henry tiene 36 años, y Clare, 12.

[...]
-Henry- dice, levantando la cabeza-, ¿quién es tu Beatle favorito?

-John, claro.

-¿Por qué ''claro''?

-Bueno, Ringo está bien, pero es un tipo tristón, ¿sabes lo que quiero decir?, y George es demasiado New Age para mi gusto.

-¿Qué significa New Age?

-Religiones extrañísimas. Música ñoña y aburrida. Petéticos intentos de convencerse de la superioridad de todo lo relacionado con lo hindú. La medicina no occidental.

-Pues a ti no te gusta la medicina convencional.

-Eso es porque los médicos siempre intentan convencerme de que estoy loco. Si me hubiera roto un brazo, sería un gran entusiasta de la medicina occidental.

-¿Qué me dices de Paul?

-Paul es para chicas.

Clare sonríe, con una sonrisa tímida.

- A mí el que más me gusta es Paul.

-Claro, eres una chica.

-¿Por qué Paul es para chicas?

''Ve con cuidado'' me digo.

-Mmmm... Vaya... Paul es algo así como... como el Beatle bueno, ¿sabes?

-Y eso ¿es malo?

-No, no. Claro que no. Ahora bien, a los chicos nos interesa más ser guay, y John es el Beatle guay.

-Ya, pero está muerto.

No puedo evitar reírme.

-Puedes seguir siendo guay después de muerto. De hecho mucho más fácil, porque no envejeces, no engordas ni se te cae el pelo.

[...]


(La mujer del viajero en el tiempo.)

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...Ya no coloreas tu rinconcito. Ya no expresas nada, será porque ya no sientes nada... Y la culpa puede que sea toda mía.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Look at the stars falling down.

Retumban entre mis brazos las ganas de vivir. De suplicar por poder abrazar cada momento. Casi han pasado un par de meses (o incluso más) y los he sentido volar demasiado deprisa, mis expectativas se exprimen y condensan en la barra de aquel bar de Madrid. Fue en aquel lugar donde me cogiste de la mano y, obcecado, dijiste que sería para siempre. Que jamás lo olvidarías y que mis conocimientos sobre ti eran pésimos. Pero no somos tan diferentes, ambos sabemos que no podemos mantener nuestras promesas por mucho tiempo. Dame tus motivos, pero no una segunda oportunidad porque sabemos que nunca saldría bien. Recoge el abrigo del perchero y salgamos de aquí, hay miles de posibilidades para poder soñar aunque para ello no sea necesario recordar. El frío del exterior ciega mi propósito, ya no las veo venir. Guíame hasta el final de esa calle, sólo pido eso. El final del trayecto intentaré recorrerlo yo sola aunque después, por las noches, no sea capaz de dormir.



[And maybe someday we will meet.
And maybe talk, and not just speak.
Don't buy the promises cause
there are no promises I keep,
and my reflection troubles me,
so here I go.]

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