sábado, 14 de septiembre de 2013

Hoy me podrías encontrar.

Y si susurras y pronuncias mi nombre no dudes en metamorfosear los pensamientos que compartes conmigo en una bella y simple sonrisa. Leve surco curvado debajo de la nariz. Luego piensa en la locura y en lo poco que la aprovechamos.

Detente en la esquina donde de jóvenes solíamos jugar a esconder las penas en un furtivo beso y un leve roce de miradas. Hoy me podrías buscar en el estercolero de sueños que apenas ya suelo recordar; hoy, que es un día de esos en los que las rodillas tiemblan al pensar en todo lo que fuimos y a lo mínimo que conseguimos llegar.

Bloquea mis pasos para que deje esta sensación de quemar mi piel, no me dejes continuar. Pulsa el botón que decelera los latidos del corazón. Pero sobre todo haz que pare de escribir, porque hoy me podrías encontrar.

jueves, 18 de julio de 2013

Pronombres relativos a nosotros.

Por un momento pensé que era ella. Ella otra vez. Cuyas manos amarraban mi desorientación y fijaban el abismo en un simple salto, un tonto escalón. De tanto pensar la cubrí de nuevas ideas que, realmente, no la hacían más ella. La perdía en mis pensamientos, en cada vuelco del corazón,... En cada ilusión por ella. Nos volvemos unos pardillos cuando fijamos un eje en torno a una única persona, en el momento en el que cada acto propio va referido a lo ajeno. Torpes sensibles en la complicación de incluir mayúsculamente al otro en la vida inherente.

Ante tal grandeza de sentimientos sólo queda la desobediencia ante la realidad.

Pero a veces ella es más, lo es todo, pero nos fue nada.

jueves, 4 de abril de 2013

Cruzó el límite de sus sueños


Transpasó la conjura de los sabios para dar pie al hombre valiente. Hombre de cicatrices y manchas de barro en los zapatos.

Y mientras ella, ella, camina despacio por la sala con un pitillo entre los dedos. El humo convierte enigmática la habitación donde ellos dos no comprenden el ruido de la vida. Tan ajena a ellos en estos momentos intensos.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Quiso terminar con el punto final

Los pliegues de su voz fueron vanos e insatisfechos recuerdos de algo que ya no posee memoria. 
Desropada de alguien que admire su afecto. 
Ojos claros para ver la noche más bella. 
Humo y alcohol para enturbiar esa mirada que antes
a más de uno 
cautivaba

jueves, 17 de enero de 2013

Confuso trasteo

En un pequeño momento de calma encontré el motivo de mis frustraciones; aparté la silla de la mesa para dejar el asiento a la dura realidad que hoy aprisiona. Porque las palabras dulces que me intentas instaurar no son más que el consuelo tonto de la brutalidad de vivir, del tormento ante lo inevitable. Vivir, morir. "Sopesa lo que dices y piensa dos veces lo que haces"

-Y tal vez no todo esté perdido, pero tampoco quiero que me venden los ojos.
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-¿Volverás?
-Únicamente en el momento en el que todo esto cambie, se repose en el fondo y podamos comenzar una nueva vida para matar a la antigua que ya nos apesta.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Before you leave...

Antes de que te vayas, llévate las tormentas en mis pestañas, el pulso descompasado de la desesperación por no saber ya respirar.
Y tú, tu culpa, eres el motivo de dejar una huella que aplastó mi dignidad hasta dejarla nimia, rota en la puerta de aquel bar que nunca llegó a abrirse esa noche para nosotros.

Retirada ya la palabra, y las miradas de reojo, la que se dispone a salir por esa puerta soy yo. Desatada, confusa y algo odiada. Pero me recordarás, como aquel error que siempre tuvo que ser cometido y alejado con rapidez.

domingo, 4 de noviembre de 2012

So lead me back...


You saw my pain, washed out in the rain
Broken glass, saw the blood run from my veins
But you saw no fault no cracks in my heart
And you kneel beside my hope torn apart
But the ghosts that we knew will flicker from you
And we'll live a long life.

-Sus ojos eran del color de sus cejas en la oscuridad. Acrecentando el deseo de salir huyendo, por si la suerte no acompaña; ágiles movimientos de socorro patentando una ridícula idea de salvamento. Porque se conoce la idea de que a veces la esperanza se puede regenerar, aunque no se sepa cuándo sucede, en momentos enturbiados se desconoce. Y acechamos el miedo con las garras de la determinación, comparable a lanzar una lía en medio de un cenagal y esperar que la mano amarre la soga que posiblemente lleve escrito su final. 

Y sin quererlo, nos convertimos en lo que tanto temimos. Culpables desechos de nuestras ideas desenlazadas.

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